miércoles, 26 de agosto de 2009

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LETRAS MERENDADAS

La lluvia cae junto a la casa.
Se derrumban las paredes
y los búhos escapan por las ventanas.
Sentados en los sillones,
vomitando esperanzas
están nuestros fantasmas.

Te escribo una carta
con letras torcidas y muertas
mientras me como la merienda.
Me encierro en lo que era mi habitación
y con la mano arrugo lo dicho en letras
que se quedan mojadas en la taza.

Ya no hay regreso.

Me quedo con lo dicho y hecho
y lo que pudo ser
me lo llevo puesto.

Salgo por el marco de la puerta
y los monstruos se arrodillan a mi paso.

lunes, 24 de agosto de 2009

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EL MUNDO ESTA LOCOOOOOO

Hay que joderse.....
Toda la vida aprendiendo a decir "follar"
y ahora los hombres quieren que diga
"hacer el amor"....
Hay que joderse...

viernes, 21 de agosto de 2009

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ALBERT PLA... genial

Añoro todo aquello que no tuve..

Lo que tuve y retuve.
Y eso no me lo quita nadie.
Añoro solamente
lo que no vi ni en pintura,
lo que no quise que ocurriera,
lo que olvidé por desidia,
lo que no escuché por ciego.

Echo de menos,me hace falta
lo que no viví en mis sueños.

Añoro, por ejemplo
no haberme follado a Marta,
pensando, mientras canto,
que me follaba a su hermana.

Y añoro a esa muchacha
que jamás he conocido
y que espera ansiosamente
el amor mío.

Y esa rallita y esa pastillita
que no tomé contigo aquella noche.

Me duelen los recuerdos
por no haberte conocido,
ni amado, ni violado en un confesionario.

Quién pudiera haber gozado
de la luna y de tus besos
en aquél acantilado,
dentro de un cadilac rojo.

Y por cierto,
se me olvida decir
lo que te vine a pedir.
Que si quieres bailar conmigo
esa canción tan bonita.
Aún no existe todavía,
pero es mi canción preferida.

Estoy triste.
Voy de luto
como si se hubieran muerto
esos seres tan queridos
que fueron mis enemigos.
Me duele la cabeza,
no me quito esa resaca.

Ayer me quedé en casa.
No tomé ni una copita,
tampoco maté a nadie.
Y eso que hay quién lo merece,
por pereza o por cobardía,
nunca quise,
nunca pude.

Y añoro esos zapatos que no tuve.
Mis pies pisan descalzos
pues yo siempre ando desnudo.
Y eso que nunca
me pinté con purpurina todo el cuerpo,
ni me subí a ese campanario
pa gritarle al sol y al viento:

" Me cago en la madre
que parió a esos mamones chichareros
que me están chingando la existencia"

Y por cierto,
se me olvida decir
lo que vine a pedir.
Que si quieres bailar conmigo
esa canción tan bonita,
aún no existe todavía,
es mi canción preferida.

Y te diré

Añoro no haber muerto cada día.

Cuando llegue la muerte
yo no sabré que hacer con ella.
A lo mejor la palmo
y resucito siendo un cerdo
y me olvido de que existo
y así no echaré nada de menos.
Engordaré deprisa
en el corral de las mentiras,
comeré lo que me echen
como cualquier cerdo bueno,
hasta que el día que el granjero
me lleve al matadero
y convierta en embutidos
mis recuerdos más grasientos.

Entonces piensa en mí,
recuerdame, amor mío,
cada vez que te comas una tapita de chorizo.

Albert Pla

Añoro

martes, 18 de agosto de 2009

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POR FIN......

Y por fin
ya no le tengo miedo
a las calles oscuras
aunque estén llenas de sombras.
Ni me dan miedo las esquinas
por que son sólo eso, esquinas.
Ni miro a mis espaldas
cuando un ruido se cuela
por entre sus entrañas.

No temo ya
a los forasteros
que se aposentan en mi vida
y me piden solo medio whisky.
Ni reitero palabras
que suenan a pimbaal.

Ya no existen
zapatillas caídas del cielo
por diez minutos de tardanza.
Ni disfraces colgados
de las puertas de cualquier casa.

Ahora digo no
cuando me da la gana
a las garrapatas de alcoba
y dejo entrar el aire
por la ventana,
me bebo el medio whisky...
y aspirando
te digo:
si no te gusta,
tírame a la basura
y cómprate otra.

domingo, 16 de agosto de 2009

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Necesita-dos

Entro por la puerta de mi casa y son las 4 y media de la madrugada de un sábado cualquiera. Vengo de un sitio como podía venir de otro. Pero del que vengo esta noche parecía un zoológico. O creo que lo era.
Es un local de copas conocido en Chiclana, regentado por una estupenda tía, como podía ser otra cualquiera.Empetao hasta las trancas de gente de todo tipo, en un cuadrado bien decorado, con una enorme cristalera por donde nos mira la gente que pasa por fuera, esa que está en la calle decidiendo a donde ir. Meditando en que pecera meterse.
Y yo me lo estoy pasando bien. Es más, creo que me lo estoy pasando genial.
La gente no para de bailar, de reir, de hablar y de beber. Y yo no paro de observar. Es lo que más me gusta hacer en estos sitios.
La primera sensación siempre es la misma. El ganado se suelta y el más rápido coge a la más guapa. A partir de ahí, todo vale. Cuando el tiempo ha transcurrido y la cantidad de alcohol es ya la necesaria, la gente empieza a perder el temor, la vergüenza, el pudor que hacía, en un principio, ser comedidos.
Ellas van igual de maquilladas, con los zapatos de moda y el perfume que más se anuncia en la tele. Ellos, para ellos no tengo palabras. Toda la vida pensando la suerte que tienen los tíos por no tener que depilarse, y ahora no hay uno con un puto pelo en el pecho. Con lo que me gusta el peloenpecho....
Y siempre es lo mismo. Siempre la misma historia. Los mismos comentarios, las misma preguntas, las miradas de hace años, los gestos, las torpezas....
Cada día tengo más claro que somos animales de costumbres.
Y al final,desde hace años, llego a la misma conclusión.
Qué necesitados estamos de que nos escuchen. Como queremos que nos atiendan.El ser humano necesita visceralmente sentirse acompañado....Que miedo tenemos a la soledad, con lo que enriquece...
Nos pasamos media vida buscando a la persona que nos quiera para siempre. Esa que nos escuchará a todas horas. Que comprenderá esa parte que no comprende ni la familia ni los amigos.La que comparta nuestras ilusiones para que se hagan realidad..
La que nos jure amor eterno y nos regale la luna, o nos la pida. Da lo mismo.
Pero lo más gracioso es que aún no somos lo suficientemente valientes para reconocer que lo que queremos es que nos dediquen. Nos dediquen caricias, miradas, susurros, futuros, sueños y demás cosillas.
Siempre buscando la otra parte. La mitad. La mitad de mi otro yo, la mitad de la pareja, la mitad de un par. Y siempre termino pensando lo mismo.
La media naranja de qué. Si yo no soy la mitad de nada. Yo soy una. Entera.
Y que poco cuesta hacer feliz a la gente con un poco de dedicación que les des.
Gracias a todas esas personas que me hacéis ser cada día "una" más grande.