Richard me había invitado y hasta un rato antes no supe si aceptar la invitación y pasarme por el garito o fumarme un canuto y beberme una copa y meterme en la cama a pensar, a dormir o a hacerme una paja. Así que me puse mi abrigo y salí a la calle.
Hacía un frío de perros y de mi nariz empezó a caer ese liquidillo mitad agua mitad mocos que me sale siempre después de una noche de alcohol y coca. Me limpié con la manga y comencé a caminar dirigiéndome al lugar, a ver si entraba en calor un poco. Las calles estaban empapadas de sudor y el olor que de ellas salía era repugnante, o por lo menos eso me parecía a mí. En el fondo no se por que iba a ese puto sitio de mierda donde sabía de sobra lo que me iba a encontrar. Pero no tenía nada mejor que hacer y la idea me parecía interesante. Quizás encontrara algo bueno para la novela que estaba preparando. Algún personaje o alguna situación que me sacara de este atasco en el que me encontraba desde hace algunos días.
Cuando me di cuanta, ya había llegado a la puerta. Y como de costumbre aquél tiarrón me paró los pies antes de poder colarme por el agujero de entrada que tenía.Me miró y le costó reconocerme, pero en segundos levantó su inmenso brazo y me dejó pasar, no sin antes mirarme con cara de asco.Si yo fuera más valiente me cagaría en su puta madre. Pero como no lo soy, agacho la cabeza y entro mirando los escalones.
La luz es tenue y me cuesta acostumbrarme a ella. Pero después de unos segundo y de bajar algunos peldaños, empiezo a ver mejor todo lo que se cuece por ahí.
Me encuentro con gente que no conozco. Pero todos tienen la misma cara de estar puestos hasta las trancas, así que adivino la nochecita que me espera. No escucho la música pero si unos gritos a lo lejos de Richard dando órdenes a alguien para ponerse en nosequé sitio. Sigo buscando y por fin le encuentro.Nos saludamos y me dice que tome asiento. Miro a mi alrededor para ver si soy capaz de entender que coño pasa ahí pero, al final, tengo que preguntarle a él. Se acerca despacio a mi cara y me dice en un susurro que están haciendo un casting para su película porno.
No me jodas..pienso. Este tío está colgao. No tiene ni puta idea de porno, y se pone a grabar una mierda de película..Pero si no sabe ni follar.La lunática de su exnovia se fue el último día gritando que tenía la polla pequeña y que no sabía dar por culo. Mientras me río para mí de ese comentaría, Richard me pasa una copa y un espejo con un montón de coca para que me sirva yo mismo. La noche empieza y me dejo llevar. Ya sabía a lo que venía.
En el momento que me acerco el turulo a la nariz para esnifar, aparece en el centro dos tías con tacones rojos y en pelotas. Richard les pide que se acerquen y que le den sus nombres. Ellas se ríen y le dan una tarjeta.Se hacen llamar las "Hermanas de la caridad". Joder,empiezan el espectáculo...comienzan a morrearse y a tocarse. El ambiente se pone calentito. Los silbidos suenas desde todas partes y ellas siguen con su juego metiéndose mano la una a la otra. Yo me empiezo a poner cachondo y me bebo la copa de un trago. Miro a mi alrededor y veo gente acercándose a nosotros.
Hay más gente esperando para el casting, pero yo no puedo dejar de mirar a las putas hermanitas que empiezan a follarse la una a la otra. Necesito otra copa y otra raya antes de seguir con esto.
Richard se levanta y se mete en medio de ellas dos. Le quitan la ropa al ritmo de los silbidos y chillidos del resto de la gentuza que por ahí pululan y termina follándose a una de ellas mientras la otra se masturba. Yo me bebo mi copa y me meto la mitad de la coca que quedaba en el jodido espejo. Estoy empalmado y quiero follarme a la puta que se está masturbando. Sin preguntar nada a Richard, me levanto mientras me voy bajando la bragueta y sin quitarme los pantalones, me la tiro ahí mismo.
Todos ríen y me animan. Me gritan más fuerte y yo me la follo más rápido hasta que me corro. Me quito y la dejo ahí en medio. Sólo oigo risas y ruido, mucho ruido. Me voy a mi mesa y me siento para pedirme otra copa mientras pienso que mierda de puto casting ni que película porno de los cojones.
Otro tiro y me voy a mi puta casa. No se que pinto yo aquí. En esto las dos hermanas se van y aparece en el mismo sitio una tía que podría ser mi jodida madre, con una falda vaquera que casi no le cierra y con las tetas al aire. Tenía la cara tan maquillada que no se sabía si era una tía o un puto travestido. Empieza a desnudarse dejando al aire esas carnes rechonchas y viejas. Sobándose el coño con mirada lasciva y pretendiendo ponernos cachondos.
Richard empieza a tomarla el pelo y a pedirla que haga posturas oscenas para ver cual era su perfil bueno y todo el mundo le sigue el juego. Aquello está lleno de humo y de gases. La gente estaba puesta hasta las cejas y me quiero ir.
Me meto el último tiro y me levanto. Richard me coge de la chaqueta y me dice que no me vaya, que ahora empieza lo mejor. Pero yo necesito salir de ahí y respirar aire puro y frío. Subo Las mismas escaleras que antes bajé y salgo a la calle con ganas de vomitar. El cuerpo ya no me aguanta lo que antes.
Saludo al matón de la puerta y le mando a tomar por culo sin que me oiga. Camino hacía delante sin rumbo fijo y dejo que la noche fría se apodere de mí.
Tengo que terminar con esto pero no se como. Nunca se como hacerlo aunque lo intente.
Le doy vueltas y vueltas hasta llegar a la puerta de mi apartamento. Meto la llave y enciendo la luz. Me quito la ropa de camino a mi dormitorio y enciendo la luz de la mesilla. Son las cuatro y media de la madrugada. No se si voy a poder dormir. Pero me acuesto en la cama y me pongo a pensar en las dos hermanas. Y me quedo dormido empalmado como un perro.
Y ya no recuerdo más.