Hoy ha sido la primera GRITADA POETICA de Gritones Anónimos. El encuentro de nuestras merced ha sido en el punto mágico del rincón de los encuentros, en la tierra que ve nacer el mar desde las rocas, con sus escondidos árboles, ocultos entre las dunas.
HEMOS GRITADO al aire, a la lluvia,al sol, a la soledad, a las palabras. Alzamos nuestras voces al silencio, a la palabra, a los signos. Compartiendo vergüenzas y alaridos, gritamos a los cobardes, a los violadores, a los que creen tener el poder, a los encantadores de serpientes y a la revolución. Pusimos nuestros gritos en el cielo y alzamos nuestras voces al caribe, al maiz, a mis primas, a las tuyas, a los ejecutivos, a los columpios, a los gestos, a los abrazos, a los desencuentros, al amor, inicial y terminal, a las cuerdas,a los ahogados, a los de allí y a los de aquí. Y se lo dedicamos a los que tienen miedo, a los que abrazan con pudor, a los que se asustan de la piel, a los que no quieren ver aun viendo, a los que saben pero no están, a los que quisieron y no pudieron. Y a ti, especialmente a ti.
Resuenan los tambores de la guerra de camisas descosidas , desangradas por ausencias. Resuenan ya las bombas en las comisuras de las venas de soldados mecidos, acurrucados en brazos de nocturnas rameras..
Resuenan en la calles de antiguas ciudades lamentos de perros que agonizan con lametazos de muerto.
“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.”
"Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran…”
Saint-Exupéry
A veces nos regalan una rosa y nos la quitan. Por eso lloramos, porque se convierte en importante y como niños que somos, sabemos lo que buscamos. Por eso nos importa. Por eso una rosa es una rosa. Pero como a todas las rosas, el tiempo las pocha.
" Todos, cada uno de nosotros, estamos llenos de horror. Si te casas para espantar tu horror, sólo lograrás casar tu horror con el de otra persona; los dos horrores tendrán el matrimonio, tú sangrarás y llamarás a eso amor"
MICHAEL VENTURA
Bailando con la propia sombra en la zona matrimonial
Ahora no me escondo, no me hace falta. Ahora juego con los tirabuzones que abandonó tu olor en mi espalda. Ahora ya no miro los buzones al llegar de madrugada.
Derramo pensamientos en los vasos que no me bebo. Y las angustias flotando a sus anchas como unas pequeñas dóciles burbujas que jugando esconden colibrís dormidos en los pecados de los desencuentros.
Los olores me aturden el engranaje de los recuerdos y del origen racional que me lleva a escuchar notas musicales en pequeños lugares escondida de cualquier melodía que pueda llevarme al fondo del armario.
Saco lo poco que llevo en los bolsillos para echar a lavar el abrigo de la ilusión ensuciada en el último recorrido y robarle el aroma a la palabra QUIZÁS.
Inexplicable los universos que pude sentir anoche dentro ....... dentro de mis manos dentro de las pupilas dentro de mis neuronas.
Dentro, muy dentro de mis ejes dentro de mis columpios dentro de los centros de mi tierra y de la tuya. Dentro de lo tragado y de lo respirado. Dentro de lo que, aún, no hay dentro.
Pero muy dentro de dentro. En ese dentro que ya tú sabes.
Ventanas alargadas de cristales de agua lloran efectos de mariposa y desde su locura, fantaseando con molinos gigantones, esperan a sus Dulcineas de paño para que les hagan la colada. Mientras, otras, las contemplan tan Panchas.
Adivino que la azotea de tus labios sabe a vainilla...o lo he soñado ??? Son tus dedos las plumas que hacen cosquillas a mis neuronas ??? Es el revuelto de letras lo que ha hecho que desayunara con diamantes ???
Tengo la mala costumbre de no decir las cosas a tiempo. Tengo la mala costumbre de no decirte que te quiero. Tengo la mala costumbre de arrepentirme luego... Tengo la mala costumbre...
Hoy la tristeza volvió a llamar a mi puerta. La muerte vino a buscar mi sangre y ganó la batalla. Y aquí nos quedamos, con el dolor colgado al cuello como soga de esparto. Incapaces de tirar de ella. Entonces, el preámbulo del escozor comienza su trabajo y las heridas que creias cerradas vuelven a sangrar por culpa de no haber dicho a tiempo un simple te quiero, o una llamada para ver como estás, o un tengo ganas de verte.
Cuando alguien se va, se va. Y los recuerdos llaman a gritos a tu soledad, y la llaman por su nombre, si contemplaciones.
Nunca os despidais de alguien sin decir TE QUIERO porque algún día será demasiado tarde.
Yo que te arranqué los ojos con la hoja afilada de mi lengua de espada.
Yo que manché tus manos de negro con mi avaricia quebrada. Que afilé tus sentidos con cumbres de chimeneas alzadas, que comulgué con tu boca sin creer en tu espalda.
Yo que alcé mis dedos para quemar tus selvas.
Que por mi idioma materno cambié tu habla.
Que reemplacé tu lluvia, tu sol y tu tierra por una sóla creencia.
Yo, con rodillas clavadas en tu tierra extraña, yo, hermano, te grito perdón.
Gente que pasa y a veces se queda. Gente que mira y con suerte te observa. Gente alta, gente buena. Gente de allí y de aquí muy dentro. Gente menuda, con coraje, con tristeza. Gente que besa y con suerte te espera. Gente sola, gente eterna. Gente de nunca y de siempre cuando quieras.
Gente inesperada, gente compartida, gente imaginada.
Mires por donde mires siempre hay gente. Sólo hay que disfrutarla.
En el primer mundo, si te duele algo hay pastillas para mitigar casi cualquier dolor. Pero... ¿qué pasa si lo que te duele es el dolor ajeno, el dolor de los que no tienen pastillas para curar su sufrimiento?
¿No es genial, que nosotros que tenemos pastillas de casi todo, podamos tomarnos una para calmar el dolor de los que no tienen?
Mañana, miércoles, a las 20: 00, en la nueva sede de la Fundación de Fernando Quiñones, Plaza Mayor de Chiclana, Miguel Angel García Argüez realizará una lectura de su último poemario, Los días del Maíz, editado por Baile del Sol.
Es un poemario breve pero devorador que fue fecundado en un viaje por Méjico. Y que con el tiempo, el autor lo ha presentado con esa característica desolladora que tan bien sabe plasmar en la hoja y en la piel del que lo escucha o lo lee. El ritmo que pretende es tan humanamente insolente, que te revuelve intrínsecamente en lo más primitivo del ser. Sólo él, con su voz, lo hará mañana más infinitamente inhumano, si se puede.
Lo mejor que ha escrito hasta ahora desde mi humilde opinión.
Ya no puedo con mi alma si no tengo, aunque sea en la distancia, tus dardos, como ojos, clavados en mis naúseas.
Qué me cuesta sujetar el alma si no tengo, amor mio, aunque sea en la distancia, tus ojos, como dardos, clavados en mi espalda, en mi cuello, en mis nalgas.
O en las naúseas que me provoca el síndrome de tu abstinencia.
Sé de un lugar donde los deseos se disfrazan de carne viva. Y los alientos se comen en las esquinas. Donde las manos son ramas de troncos del color de la oliva.
Y como labios, los frutos de las higueras.
Sé de un lugar dónde tu pulpa se hace zumo en mis venas.
Las tres viejas están sentadas a la mesa, tapadas las piernas con la falda camilla, por eso de no coger frío a estas edades. Están sentadas mirando sus cartones, aunque más pendientes de los de las otras que de el de ellas mismas, no vaya a ser que tachen más números que una, que la cosa no está para perder una línea, o un bingo, que es peor. Ya saben mucho, eso dicen ellas, de la vida, Son viejas y lo están ,que es lo peor de todo. Se conocen desde niñas, mejor que nadie, cuentan, pero desconfían continuamente de todas, porque se saben cuervos de mal agüero. Se critican desde el cariño, no lo ponen en duda, pero esperan a que una se levante para comérsela viva y no dejar ni rastro, o acaso los huesos, para que cuando venga la muerte, los chupe, por eso de llevarse algo a la boca, que como han pasado mucha hambre desde la guerra no les gusta dejar a nadie sin "sutrozopan". Se buscan para encontrarse porque una no es "naide" sin las otras. Y se sientan a comer lo que puedan para charlar de las cosas del vivir, que no son pocas.Porque lo que son las cosas del querer, ni una ha probado de ese manjar tan exquisito, dicen. Vírgenes como la misma Virgen, o más, según cuentas las malas lenguas, no saben lo que es varón, pero hablar,hablan de ellos, y con mucho gusto, ya que "el que no llora, no mama", dicen riéndose picaronamente. Como si en ello les fuera el último aliento de vida. O de amores.
Entonces entra la criada y,al escucharlas, no puede dejar, aunque quiera, de sonreir al oir a estas cuatro chiquillas hablar de amoríos y de penas, de vidas y de ocasos, De hambres y de guerras. Total,la vida son dos días y ellas están en sus últimos minutos.
Pero no puedo, aunque quisiera, reconocerlo porque tengo verdadero pánico al compromiso.
Por eso añoche me fijé en ti . Y mis ojos saltaron de chispas por verte, por saberte y porque ellos están seguros que jamás me pediras algo que no pueda darte.
Si me buscas en los labios sangrientos de lascibia. Si me buscas en los ojos de acero inoxidable. Si pretendes encontrarme en las cuchillas de los dedos o en las lenguas de veneno de coladas de otros tiempos. Si intentas dar conmigo en migajas de susurros o en caricias de tormento, en abrazos abortados, en alientos entrañables o en lamentos....
Frio,frio... compañero.
Buscame en ti.
Porque yo, hace tiempo que estoy dentro. Sólo espero que tus pies tropiecen con mi encuentro.
Estas pestañas durmientes que esperan ser despertadas con el beso de la mañana penetrante entre las leves persianas de tus niñas bonitas, son mis banderas juradas, en cada madrugada.
Él construye , construye su red de equilibrista con los hilos sueltos de cualquier correa de perro casero o callejero. Da lo mismo. Lo que cuenta es que mantega el equilibrio en esa falsa soga que creyó quitarse del cuello para ponerla a sus pies, rendida ante él...cuando realmente es él el que está dependiendo de ella, siempre de ella. Cruza los parques silbando para no pensar y no escucha el trino de los pájaros, ni el de los niños al reir cuando están jugando, ni el de su corazón cuando está llorando, porque sólo debe olvidar. Y cada paso que da por la soga tensa, está más lejos, si puede, del lugar dónde aprehenderá los momentos intensos de contrabando, dónde aprovecharlos será lograr sus propias experiencias. Y así vivir, que no durar con vida. Vivir para estar en la memoria o en la voluntad o en la consideración. O por lo menos discutirlo.
Pero si después de todo decide seguir caminando por esa encantadora cuerda floja sin mirar abajo. Si decide mirar nada más que al frente para sentirse seguro y en un momento de descuido la vara se le va de las manos al suelo...siempre le quedará amortiguar el golpe con mi cuerpo. Porque siempre estaré abajo, esperando en él, al pie de su sombra. Infinitamente libre y suya.
Hace de esto ya muchos, muchos años, cuando en un reino junto al mar viví, vivía allí una virgen que os evoco por el nombre de Annabel Lee; y era su único sueño verse siempre por mí adorada y adorarme a mí.
Niños éramos ambos, en el reino junto al mar; nos quisimos allí con amor que era amor de los amores, yo con mi Annabel Lee; con amor que los ángeles del cielo envidiaban a ella cuanto a mí.
Y por eso, hace mucho, en aquel reino, en el reino ante el mar, ¡triste de mí!, desde una nube sopló un viento, helando para siempre a mi hermosa Annabel Lee Y parientes ilustres la llevaron lejos, lejos de mí; en el reino ante el mar se la llevaron hasta una tumba a sepultarla allí.
¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-, llegaron a envidiarnos, a ella, a mí. Y no más que por eso -todos, todos en el reino, ante el mar, sábenlo así-, sopló viento nocturno, de una nube, robándome por siempre a Annabel Lee.
Mas, vence nuestro amor; vence al de muchos, más grandes que ella fue, que nunca fui; y ni próceres ángeles del cielo ni demonios que el mar prospere en sí, separarán jamás mi alma del alma de la radiante Annabel Lee.
Pues la luna ascendente, dulcemente, tráeme sueños de Annabel Lee; como estrellas tranquilas las pupilas me sonríen de Annabel Lee; y reposo, en la noche embellecida, con mi siempre querida, con mi vida; con mi esposa radiante Annabel Lee en la tumba, ante el mar, Annabel Lee.
esde hace muchos, muchos años, habitaba una señorita, cuyo nombre no recuerdo, encerrada en un sepulcro en un reino junto al mar.
Como la estrofa dice, eran dos niños, nada más. Y la envidia de los seres del reino universal, convertidos en vientos, partieron la luna para que su reflejo helara el reflejo del ángel que lo amaba.
Pero pensó que aquella flor que lo amaba y era amada por él, se la traería la luna en la diligencia de los sueños, o que la vería con los ojos de las estrellas que cada noche acompañana los vientos que hielan su corazón.
Cómo decirle que ella nunca volverá y que los ojosque lo miran desde el cielo, son sólo los ojos de los que allí habitan y que por despecho no lo dejan de observar. Que le impiden olvidar a esa señorita que duerme junto al mar, tapada con la manta hecha de retales de granito, de frío y deeternidad.
Desde hace muchos, muchos años, se acuesta a su lado todas las noches, imaginemos que para hablar. A contarle sus temores o sus ilusiones. O sus ganas de llorar. A besarla con besos de arena y ceniza, para tragar su cuerpo de tierra mojada y rozar, con una mano estremecida, su piel de rosa, de adolescente fugaz, que crecía sin pensar en nada más que en amarle y ser amada por él.
Y cada vez que se le ve ,me pregunto cuándo podrá olvidar el recuerdo que vive en él y que no le deja salir ni entrar. Cuándo podrá curiosear hacia delante y no vagar para atrás. Cómo hacerle ver que la luna que ve puede ser una bola de cristal.
Han pasado muchos, muchos años, desde que su parentela llegó para celarla junto al mar, en su lecho de muerta, con su traje de organdí. Y desde entonces no la deja descansar con sus lágrimas de amante herido por el hierro de los machetes que empuñaban, en su lucha, los ángeles del cielo y los demonios del mal.....
Mírate en el reflejo del vidrio que ves pasar, cada anochecer, por el mismo lugar que tú empleas como antro para emborracharte con tu soledad. Y déjate llevar ,como tu imagen se deja, a la misma hora,trasladarpor la ventana tendida de la fachada de aquel monstruo cargado de entelequias que son llevadas de aquí para allá. Seguro que si dejas que tu retrato se acople al mío, que está tras el cristal de ese ventanal, verás mi rostro que no te deja de contemplar, y que con las mismas ganas que aquella tu querida, hermosa, tu vida, tu esposa, te podré sujetar.
Hace muchos, muchos años que como no cesaste de lamentar y suspirar por tu apagada doncella, y no paraste de morir con ella, me dejaste escapar pegada al cristal, apoyada en el mismo asiento de madera. Por que nunca supiste que te miraba desde elautocar.
José Manuel Hernández Hernández es un político canario nacido en la Perdoma, La Orotava (Tenerife, España). Concejal en el municipio de La Orotava por el partido nacionalista de izquierdaIniciativa por Orotava (IpO) hasta marzo del 2006, cuando se produce la rotación de concejales de IpO. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de La Laguna.
Inició su carrera política siendo muy joven, participando en movimientos sociales y ecologistas y militando primero en Izquierda Nacional Canaria (INC) y luego en Asamblea Canaria Nacionalista. En las elecciones municipales de 1991 se presenta en la lista de ICAN y sale elegido concejal. En 1996 será fundador del partido político Iniciaticva por La Orotava. En las elecciones generales del 2004 se presentó en las listas de Alternativa Popular Canaria por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Forma parte también de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui.
Ha publicado distintos trabajos sobre etnografía e Historia de Canarias ( “Cartas de medianeros de Tenerife (1769-1893)”), así como un libro de cuentos y relatos (“Violeta y otras cosas primeras”)
Los cuentos y relatos de este libro-tesoro no tienen desperdicio. Desde principio a fin. Y cada uno de ellos es un estremecimiento medular, capilar y sexual. Lo recomiendo con la voz alta y gritando a los cuatro vientos. Os dejo aquí una muestra de ello para poneros la miel en los labios.
Wikipedia
VIOLETA Y OTRAS COSAS PRIMERAS
DIOS UNO Fue maravilloso, una experiencia divina, casi mística. Esto es el paraíso, le dijo. La mujer, desnuda y en la cama, sonrió. Él se puso sus hábitos de franciscano descalzo y abandonó el prostíbulo. Nunca había estado tan cerca de Dios.
BESO UNO, O CÓMO SE DESEMBRUJÓ LA PRINCESA La princesa estaba embrujada. Dormía hasta que llegase un
príncipe de veinte años, pelo negro y ojos verdes. Llegó. La besó s
e despertó. Los ojos y el corazón de la princesa estuvieron
a punto de estallar.
Le dio las gracias, cogió su caballo y se fue para casarse
con el hijo del molinero, de quien estaba enamorada.
VIOLETA El amor es ciego, le dijo un amigo. Pensó mucho en esto y al final, cuando vio a Violeta, cerró los ojos y la amó.
DESCUBRIMIENTO Al final, me doy cuenta que escribir es la más cómoda de las resistencias. Pero resistencia al fin y al cabo.
oS PRESENTO UN PROYECTO QUE ME HA PARECIDO MARAVILLOSO, NO SÓLO POR LA ORIGINALIDAD DE LA IDEA, SI NO POR LOS TRABAJOS QUE ALLÍ HE ENCONTRADO. mE MARAVILLA VER QUE HAY AÚN PERSONAS QUE TRABAJAN POR LA BELLEZA DE LA PALABRA Y DE LA IMAGEN Y QUE LA SENSIBILIDAD QUE NO ENCUENTRO A MI LADO ESTÁ FLOTANDO EN LOS DEDOS DE UNOS DESCONOCIDOS. dESDE AQUÍ MI MÁS SINCERO AGRADECIMIENTO POR POR LA DELICADEZA DE ESTE TRABAJO Y POR EL BUEN RATO QUE HE PASADO OTEÁNDOLO. y MI APOYO, SI ES QUE ES NECESARIO,CLARO.
Poetrastos es una antología de poesía de escritores y escritoras del siglo XXI.
Es la presentación de los trabajos en forma de poemas de 27 autores y autoras.
Un proyecto que nace del grupo de Facebook "Poetastros" y que esperamos que vea pronto la luz en forma de libro de papel y tangible.
Detrás de toda esta maravillosa idea están Ángel Muñoz "Voltios" que es quién ha hecho de antologador de la obra, así como el creador del grupo de Facebook y Javier Pascual motor de arranque de la misma.
El prólogo corre a cargo de Gsus Bonilla y el epílogo lo ha realizado Alfonso López.
Amor mío,amor mío. Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo. Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta. Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz se queja en la garganta. Amor mío..... Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra depacio la puerta, si es que no quedó bien cerrada. Regrésate. Siéntate ahí, y descansa. No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No puede volver. Se ha marchado, y estás solo. No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en todo aún estuviera. Se está haciendo de noche. Ponte así: tu rostro en tu mano. Apóyate. Decansa. Te envuelve dulcemente la oscuridad, y lentamente te borra. Todavía respiras. Duerme. Duerme si puedes. Duerme poquito a poco,deshaciéndote,desliéndote en la noche que poco apoco te anega. ¿No oyes? No, ya no oyes. El puro silencio eres tú, oh dormido,oh abandonado, oh solitario. ¡ Oh, si yo pudiera hacer que nunca más despertases !
Las palabras del abandono. Las de la amargura. Yo mismo, sí, yo y no otro. Yo las oí. Sonaban como las demás. Daban el mismo sonido. Las decían los mismos labios, que hacían el mismo movimiento. Pero no se las podía oír igual. Porque significan: las palabras significan. Ay, si las palabras fuesen sólo un suave sonido, y cerrando los ojos se las pudiese escuchar en el sueño....
Yo las oí. Y su sonodo final fue como el de una llave que se cierra. Como un portazo. Las oí, y quedé mudo. Y oí los pasos que se alejaron. Volví, y me senté. Silenciosamente cerré la puerta yo mismo. Sin ruido. Y me senté. Sin sollozo. Sereno,mientras la noche empezaba. La noche larga. Y apoyé mi cabeza en mi mano. Y dije..... Pero no dije nada. Moví mis labios. Suavemente,suavísimamente. Y dibujé todavía el último gesto, ese que yo ya nunca repetiría.
Este es el texto que me toca interpretar el próximo día en la escuela de teatro. Y la primera vez que lo leí, las palabras significaron, porque no eran un simple suave sonido. Sino una llave que se cerró,dando un portazo.
La vida es inmensa. Tiene los lados infinitos de la diversidad. Y todo puede ser de una manera o de otra. Da lo mismo. Disfrutarla está en nosotros. Siempre está en nosotros. Rie, grita, llora, baila, sueña, siente... que la vida es maravillosa sino se le tiene MIEDO.
Cuando la vida te golpee, comprenderás que todos los hombres que vivimos “intensamente” guardamos un secreto. Puede ser una mujer o tal vez…no sé. Pero lo guardamos aquí, Carambola, en el corazón. Y hay días que el corazón pesa demasiado y parece que reventara y entonces hay que liberarse y se juega y se toma hasta quedar borrachos.
En este corazón sin vértices me zambullo y no sé si me podrán la ausencia, el miedo y la memoria o si sacaré fuerzas para seguir ganando en todas mis batallas ésas que cada día son un poco más duras.
A partir de ahora intentaré dejar huella en este baúl de los sitios que me invadieron cuando topé con esta tierra gaditana, sin quererlo. Por si ,llegado el momento de partir, no me dé tiempo a despedirme de todos ellos. Como siempre, el Pay Pay , rincón mágico en la calle del silencio, nos ofrecerá una nueva temporada llena de canciones, letras, poemas, cuentos, encuentros y desencuentros.
Aquí os dejo algunas de las próximas citas que podemos tener en ese rinconcito de nuestro Cádiz, que como posible despedida no está nada más. Sólo deciros que entre todos los mágnificos artistas que por allí pasarán, os he dejado un video de la gran Bugedo ( que también podremos ver en la Sala Sol, en Madrid, el próximo 8 de septiembre) , a la que admiro como cantante y como persona.
Con la ayuda de mucha gente que colabora desinteresadamente,se organiza un concierto en Madrid, a beneficio de dos organizaciones enfocadas en la formación y en la enseñanza a colectivos desfavorecidos, y a las que aprecio personalmente: Aldeas Infantiles SOS http://www.aldeasinfantiles.es/Pages/Default.aspx y Casa Guatemala http://www.casaguatemala.es/index1280.html . Ambas tienen un proyecto concreto, y ambas necesitan ayuda: el proyecto Fundación Empresa y Juventud que promueve Aldeas Infantiles y Alerta Escuela que promueve Casa Guatemala…
Venir, pero además puedes ayudarme a llevar gente, animar a amigos, familiares o compañeros de trabajo. Puedes circular este email o moverlo vía Facebook desde aquí…
Si no estás en Madrid o no puedes ir…¿Cómo puedes ayudar?
De dos formas: en primer lugar, haciendo difusión del Concierto, invitando a gente a asistir, circulando este email. En segundo lugar, colaborar con estos dos Proyectos mediante una donación a la “Fila Cero” abierta en BANCAJA, enviando una transferencia a la cuenta 2077-0663-70-3100240661, por el importe que desees, indicando en la referencia “PROYECTO MIRA COMO TIEMBLO”
"Ya para qué seguir siendo árbol si el verano de dos años me arrancó las hojas y las flores Ya para qué seguir siendo árbol si el viento no canta en mi follaje si mis pájaros migraron a otros lugares Ya para qué seguir siendo árbol sin habitantes a no ser esos ahorcados que penden de mis ramas como frutas podridas en otoño." . (Raúl Gómez Jattin, Poesía 1980-1989, Norma. Santafé de Bogotá. 1995)
Si,hermanos. A vosotros os grito y os imploro. Os ruego y rezo para que dejeis la ignorancia visual para los lechos muertos. Que saqueis de vuestro armario de madera vieja y consumada las brillantes y nuevas telas para que construyamos juntos esas escasas y valiosas vendas que puedan tapar nuestros ojos de los horrores de la violencia y curar las heridas y secar la sangre y limpiar las carnes de gusanos jurídicos, políticos, económicos, sociales.
Dejaros de tantas voces en alto y arrancaros las mangas de camisa para trabajar la tierra que es tanto tuya como mía. Busquemos al hermano sometido en el pasillo de nuestras casas, en los portales y en las ventanas sin dejar que ninguno salte al vacío.
Mis ojos serán sus ojos y mis manos su ventura. Mi alma será un puesto de trabajo y su sangre mi cultura.
Encendamos un hogar y calentemos corazones hasta que estos hiervan para luchar contra la mano que nos mece la cuna de los hijos de la muerte, aunque no tengamos razones.
Hoy es 20 de agosto y hoy, a las 12 y 1 minuto de la madrugada, terminé de leer "El pan y los peces" de Miguel Angel García Argüez.Un libro que plasma de una forma maravillosa el sueño de un pequeño pueblo y la labor de sus habitantes que dejaron allí sus vidas ,sus sueños y sus almas. Santi Petri. Da la casualidad que he leído este libro unas cuatro o cinco veces y en todas las lecturas he tenido que parar en el mismo punto. Sin poder seguir leyendo. Y sin saber por qué. Hasta esta vez,que lo he terminado.
Recuerdo el principio de esta historia como si hubiera sido ayer. El otoño estaba comenzando pero no hacía mucho frío aún. El aburrimiento y las ganas de narrar las letras que en esas hojas se plasmaban, nos llevó a ir a dar una vuelta a Sancti Petri.El padre de "El pan y los peces" estaba deseoso de contar y compartir todo aquello que había ido descubriendo a lo largo del tiempo que duró la investigación y la recopilación de todos los datos. Y así lo hizo.
Aunque eramos un grupo de gente, hablaré a partir de ahora, en primera persona, ya que lo que sintieron, pensaron,soñaron y disfrutaron los demás nunca lo supe. Pero yo me dejé enamorar por Sancti Petri y por la voz del narrador. Aquello fue como ver un documental "in situ" mientras escuchabas una voz que, relatándote los acontecimientos a la vez que recorría sus calles, te transmitía su ilusión, su descubrimiento y las vidas de aquellos que no veía pero que sí sentía. Desde aquél día, cada vez que voy a ese rincón, que es muy a menudo, soy capaz de pasear con Carmen, de hablar con el farero, de escuchar las risas de Juan. También me impaciento, como todos ellos, cuando viene el cartero y espero, por si alguna carta es para mi. Lloré cuando algunos de nuestros hijos desaparecieron mientras la curiosidad llamaba a su puerta. Y también llevé mantas a los marineros que chocaban con las duras rocas del castillo. En fin, los que me conoceis sabeis lo que este lugar significa para mí.
En esos momentos en los que la vida te da una bofetada a oscuras y no sabes por qué ni dónde, me escondo, o mejor dicho, me escondía en la parte alta del edificio del cine, dónde se supone que estaba el proyector de la cinta.Y ahí me quedaba leyendo horas y horas con la satisfaccción de saber que nadie podía verme. O soñando con la multitud formada por esas familias vestidas de blanco ellas, con sus melenas bien peinadas y sus ojos llenos de esperanza.
Y en este mismo lugar, hoy, hace dos años, me enamoré. Y tuve el privilegio de compartir esta historia, sus rincones, su alameda, su iglesia, sus risas, sus gritos, sus romerias, sus barcos, sus esquinas y sus pasos prohibidos, con un dulce marinero de ojos color caño. Y en mi casa, de recuerdo,escondidos, tengo dos tejas de Sancti Petri y una losa del suelo de la casa de alguien. Ah,y una historia entre el bolsillo y el pecho. Pero, sobre todo, un pan y dos peces. Uno con corazón de atún y otro de delfín.
Y yo que soy como soy, y me guardo en los bolsillos todo aquello que me gusta y, con el tiempo, me da pena tirar porque todo tiene una hermosa historia detrás, pues a veces me doy cuenta que es tan grande el peso que llevo encima que no soy capaz de arrastrarlo y seguir caminando. LLegado este momento, saco las cosas de mi bolsillo y me las quedo mirando para ver que es lo que tiro. Y como no soy capaz tampoco de decirdir que es lo que debo dejar atrás y qué es lo que no,decido con lágrimas en los ojos tirarlo todo y volver a empezar. Algunas que tiro me hacen sonrerir cuando las veo de nuevo. Pero otras hacen que mi corazón de delfín se encoja y escueza. Yo estoy hecha de todas esas baratijas.
Ahora llega uno de esos momentos en los que no puedo hacer otra cosa más que tirarlo todo y comezar de nuevo. Con mis bolsillos vacíos llenos de espacio para otras historias y otros recuerdos. Pero no puedo, por mucho que quiera, sentir que en ese Sancti Petri, arruinado, especulado, derruido y abandonado, se queda mucho de mí.
Cuando me preguntan de dónde soy siempre respondo lo mismo: Chiclanera, adoptada, pero CHICLANERA. y ASÍ SERÁ SIEMPRE EN MI CORAZÓN.
He terminado hace unos pocos días la magnífica novela del gran Félix Palma, El mapa del tiempo. Por supuesto,no voy a plasmar aquí todo lo que he disfrutado, soñado, fantaseado, imaginado, sufrido, deseado, encontrado y entendido mientras leía esas letras tan bien colocadas en esas más de seiscientas páginas.Ni tampoco voy a introducirme en el infinito tema del tiempo, del hombre, de la ciencia ni,mucho menos, de las relaciones humanas,que como ya os imaginais, son impredecibles e intensas. Pero si voy a hacer un alto para confesar que hacía tiempo que no leía una novela que me entretuviera de forma tan amena, rápida y alegre como esta. Que sus seiscientas y pico páginas se han hecho un relato corto entre mismanos y mi imaginación, que hay un genio detrás de cada capítulo leído y releído y que ya tenía ganas de leer a un Palma como el que descubrí hace años. Si alguno decide ponerse en manos de ese mapa temporal, le aseguraré que no se perderá en ningún momento y que disfrutará de cada uno de sus viajes. Pero como todo en esta vida, hay un "pero".... repite infinidad de veces la expresión "se me antoja", "se le antojaba", "antojándosele", antojándoseme un poco pesada de vez en cuando, pero nada que no se puede pasar por alto.
Desde aquí mi enhorabuena y mis más sinceras gracias por haberme permitido olvidarme de mis problemas completamente durante 10 días. Los mejores en los últimos meses. Gracias
Hace unos días tuve una interesante conversación con un personaje que conocí al principio de este verano. Es escultor y se dedica a hacer maravillas con la arena. Maravillas artísticas que a mi me dejan con la boca abierta, porque son reales, porque les da vida de una forma mágica y sorprendente. Y yo me siento como una niña a su lado contemplándolas. Vive donde puede y duerme donde le dejan. Y no está muy cuerdo que digamos, pero creo que eso es lo que me gusta de él. Y aunque,a veces, tiene la cabeza llena de pájaros que se imagina,a modo quijotesco, otras,por el contrario, dice cosas que realmente me dejan sorprendida y con muchas ganas de pensar.
Como decía al principio, una de esas conversaciones que tuvimos, y que no voy a reproducir aquí porque sería muy largo y porque es parte de esos momentos que no comparto porque me gustan que sean mios y sólo mios, digo que una de esas conversaciones me llevó a pensar en la mentira,aquella que, bien se diga como expresión contraria a lo que se sabe, bien sea oficiosa o bien sea por sacar la verdad, es lo mismo, mentira. Bien..el pensamiento que después de estas conversaciones con mi estimado amigo me invade es el siguiente:
La mentira es algo que a nadie, en general, gusta. Todos defendemos a capa y espada la sinceridad, la lealtad, la verdad, y todas esas cosas que aún, con los años que tengo, no entiendo bien su significado. Llegado a este punto tengo que reconocer que no me disgustan las mentiras. Es más, yo me confieso ser una gran mentirosa. Y no me refiero a esas que decimos a modo piadoso, ni a modo miedoso. No, no hablo de esas. Hablo de la mentira como ente propio. Hablo de mentir por mentir. De mentir por inventar. Por crear a tu alrededor historias, momentos , emociones, sentimientos que hagan de la vida una gran novela, poema u obra de teatro.Ya lo dijo Umbral en su momento, la gran lucidez del Quijote no era otra que la invención de la vida que nunca había tenido y la que le iba faltando.
No es un buen poeta o un buen escritor aquel que es capaz de mentir de tal forma que nos haga creer, sentir como si fuera aquello que nos refleja con las letras una realidad...??? Pues si es tan digno escribirlo, por qué iba a ser menos digno vivirlo??
Llegado aquí y habiéndome confesado una mentirosa, sólo me queda aconsejar a esos que sólo buscan la verdad, que no se acerquen mucho a mi, pues lo único que encontrarán, por lo general, serán invenciones mias.O no. Quizás todo esto que haya contado sea verdad.
" Lo que eres me distrae de lo que dices" Pedro Salinas
Me atrevo a preguntarte si es caprichoso entender que el sonido que se escucha en el rio es el agua al correr. O si lo que oigo es el murmullo de las gotas de esa lluvia en las palmas de mis manos. O en la de mis ligeros pies. O quizás sea sólo lo que digo algo para distraerte de lo que creo ser.
Pero en verdad, madre, tus ojos me superan. Yo no aprendí jamás a contentarte alzando la copa aún por vaciar, ni repitiendo el gesto cansado de mi padre, aquel hombre que llenaba todas las estancias con su noche fuera del sueño. Madre, tu serena mirada a veces me inventa como si yo conociera esas victorias pretéritas que algún temor secreto, a solas, te negara. No, no soy ese, yo estoy más lejos del regreso, he tocado ya la superficie del miedo y he visto pasar el corazón vacío del privilegio. He atesorado la rabia por no saber del olvido, y he estado solo entre el llanto y la locura.
Entre el llanto y la locura.
Si habré encontrado mentiras suficientes como para medir el peso de la sombra, que hoy todavía me miro en tus ojos, madre, y un desconocido sonríe como si supiera a qué clase de verdad nos enfrentamos.
No, madre, jamás dejé, no pude permitir que me agarraras entre tus firmes dedos estivales, para al fin mostrarme, madre, la suma de todo aquello que el niño no pregunta. Jamás quise explicarte, hasta que me viste perdido e implorando algo más que un clavo ardiendo. ¿Y ahora? —yo también pregunto—. ¿Y ahora qué amor perfecto, resoluto, deparará el diáfano refugio, el preciado sueño en que poder guarecernos de nosotros mismos? Sé que estuviste esperándome a este lado, segura tú también de reconocer al niño enemistado que olvidó su propio nombre en mitad de la noche.
Vive todavía.
Juega en soledad, en la primavera perpetua de un jardín triste como el mundo. Vive. Y en él te contemplo mientras canto y la sencilla fuerza que me diste asoma en cada cosa que has tocado.
Lo que encuentro ahora en mi cabeza no sé si es dolor o tristeza. Después de toda la noche rondando al sueño y al despertar en mi almohada, los colores están fuera. La luz se escapa por la ventana en sentido contrario. Y mis sábanas huelen a café. O a Lisboa, que también huele a mis sábanas. La fiera se ha escapado y no sé si quiero que te devore y desaparezcas por fin ,o que se enamore y te folle hasta el amanecer. O hasta que te reviente el alma y se te abra cuando ya no pueda soportar más la presión de su mirada.
Y de nuevo encuentro en mi cabeza tristeza o dolor, o quizás las dos. Para esta bestia,creo, son lo mismo.
Qué lindo es cuando te regalan una tarde-noche de emoción futbolera con los amigos, cuando un país entero está de pie a la vez, aunque no sea para arreglar un mundo que ya no tiene arreglo. Qué gusto da fumarse un cigarrito a la salud de un compañero y qué milagro es bañarse en el mar a las dos de la mañana, en Sancti Petri, con el cielo muerto de estrellas, como nuestras madres nos trajeron al mundo. Pero más agradecido es cuando,después de todo esto, te piden dormir contigo porque el mundo está sólo y hoy alguien quiere estar,esta noche, acompañado. Y tú contestas que no. No, porque si duermes acompañada no sueñas.
Este baúl permanecerá cerrado por libertad absoluta, por primera vez en su vida. Sin hijos,sin trabajo y sin amantes. Libre como el mar. Cómo el sol cuando amanece. Como yo..
Que ustedes lo pasen bien..y sueñen,que es lo más sano que puede hacer la mente humana.
Hace tiempo que prometí una entrada a este genio bandolero que cautivó mi infancia aventurera y canalla y que ejerció una influencia en mí, no sólo física, si no emocional y moral. Por fin el malo hacía el bien, o mejor dicho, se podía ser bellaco,pícaro, pero tener un fondo gentil y cualidades para hacer el bien. Aún soy capaz de cerrar los ojos y escuchar su voz y su risa. Una risa maliciosa y provocadora que despertaba reacciones en todas las damas de cualquier edad. Esas carcajadas que hacían que su cabeza se echara hacía atras con osadía y descaro. Me gustaba, además de por sus dotes de bandolero, porque siempre se marchaba. No hubo mujer que consiguiera que él se quedara en un lugar para siempre.
Pero lo que más recuerdo con cariño era las cartas que escribí para su caballo dónde le contaba lo mucho que me gustaba y lo bonito que era. Por supuesto nunca obtuve contestación ninguna por parte de nadie, lo cual agradezco, ya que cualquier contestación por parte de cualquiera hubiera significado la rotura total de la magia que en mí creaba este personaje. Pero por esas cosas de la vida, que dicen que el que la sigue la consigue, después de muchos años, estando yo casada, mi pareja me dice que en casa de su madre van a rodar una película de la que es protagonista Sancho Gracia. Así que, sabiendo la historia, se la cuentan a él y mi pareja de antaño llegó con una foto y unas letras que contestaban a mis cartas.Pocas,pero suficientes para que volviera a ser la niña de antaño corriendo hacia el televisor para recorrer Sierra Morena a lomos de su caballo, y detrás de él.
Siempre me gustaron los hombres con la voz rota y aún me siguen gustando.
Estando sentados, escondidos dentro de los cajones, en las mesas de los comedores de los colegios, de los trabajos, ocultos en los plásticos que recubren archivos apilados, pensamos escaparnos agrupados dentro de las pateras que son como los desencuentros de los amantes inversos, callados y falsos profetas que alumbran la oscura ceguera de las almas en calma.
Callados estamos, esperando el centro de los renglones, en las rayas semiparalelas de los confines, de las cabezas, oscuras por su falsas necesidades, hambrientas carroñeras, ponemos esperanzas abrumadas desde nuestras entrañas que son velas de desentierros, de velatorios convexos.
Si yo fuese sólo yo, sería algo diferente a lo que hoy soy. Si fuese lo que aún no soy no seguiría siendo yo.
Si yo fuese el yo que tú quieres que sea dejaría de ser el que soy o el que aún no he sido. O el que fui.
Así que como mi yo racional y mi yo emocional no se ponían de acuerdo de ninguna de las maneras, decidí arreglar el problema partiendome por la mitad, salomónicamente. Y que cada una luche a su manera y con sus armas. Al final, siempre saldré ganando y perdiendo a la vez.
A veces me ocurre que después de llevar una tarde entera preparando con esmero los ingredientes de lo que creía ser un delicioso pastel, uno de esos que deseo salgan sabroso, esponjoso y con el dulzor exacto. A ese que luego adornas con sumo cuidado para que la cosa salga con la mayor perfección posible, no porque sea soberbia ni quiera que mis cosas sean preferidas a las de otros. Tampoco es por la satisfacción de producir encanto o embelesamiento a las personas a las que está destinado mi envoltorio de crema y dulce. No creo que sea ninguna de estas cosas.
Pero después de llevar toda una tarde dedicada a este menester y de controlar el horno y su temperatura, el tiempo de coción, el dorado perfecto, de no quitarle el ojo como cuando los niños eran pequeños. Digo, que después de esta incubación minuciosa y mimosa, cuando por fin lo sacas de ese cascarón electrónico cuya temperatura la proporciona unas barritas y no el amor de una madre, cuando lo acojes con tus manos enfundadas en esos enormes guantes que te impiden abrasarte con el calor de la incubadora y lo dejas con toda la sutileza posible sobre la encimera contemplándolo como si fuera único, porque lo es en ese momento, y le das una vuelta y otra para comprobar que ninguno de sus bordes se ha estropeado con el trasiego de la mudanza, cuando por fin ves que todo está en su sitio y que lo único que queda es esperar a que se enfríe para poder presentarlo y probarlo, ahora lo que queda es esperar.
Y después de hacerlo durante un tiempo que se te antoja eterno, mirándolo de vez en cuando, oliendolo a cada rato y oteándolo desde la puerta aprovechando que pasabas cerca. Después de ese dejar crecer a su tiempo llega el momento de la prueba final. Y le pasas sensualmente la punta del dedo índice por uno de los bordes de forma suave para que no deje marca en el físico , y te llevas el dedo a los labios y lo chupas con las puntas de los mismos a la vez que lo rodeas con la lengua para robarle el sabor que esperas de él...pero cuando tu lengua se deja enamorar por el sabor, de repente te das cuenta que no es lo que esperabas, que no tiene ese impresión intenso y único que algo te produce en el ánimo y que tu olfato te ha indicado en los primeros momentos, engañándote. Que le falta algo,pero que no llegas a comprender qué es. Entonces haces un recuento de todo los ingredientes, recordándolos uno a uno, pensando en las cantidades que pusiste, reafirmándote que eran las que debías poner. Acercando a tu memoria aquella receta y aquellos consejos de tu abuela. El calor del horno, el cuidado y el esmero, las ganas de que todo saliera bien, tu empeño...pero sigue sin ser lo que tú esperabas, y sigue faltándole algo.
Pues esto es lo mismo que me ocurre cada vez que alguien sale de mi cama. Y otra vez la misma historia. Y otra vez la misma decepción. Y otra vez vuelta a empezar. Y ota vez me digo que lo mío no es la repostería. Que a mí me gusta la carne, y si el chuletón está medio crudo, mejor.
A veces tengo que sentarme en la humedad de una roca, sola y sin compañía, para darme cuenta que la sensación fría y desagradable que me persigue en mi paseo no me la proporciona el ser inanimado en el que aposento mis glúteos. Ni tampoco la luz que se aleja, cansada, a su escondinte. Tampoco es el hambiente estival que me aprieta como un antiguo borceguí. Nada de eso es lo real.
Me conformo en cualquier rincón que me proporcione una postura cómoda para poder sujetar mi viejo cuaderno y una brisa justa que me despeine el pensamiento. Pero el corsé que llevo puesto, ni mejora mi figura ni me endereza el espinazo. Así que froto mi cuerpo contra el primer árbol con forma de hombre que me encuentro en el camino para ver si soy capaz de romper las ballenas que me ciñen desde el pecho hasta las caderas, enjaulando mis ganas de gritar.
Y entonces empiezo a llorar como la vid en primavera.Y en cada gota que mana por mis ojos se esconde la inicial de un sentir que está vivo. Y de modo inesperado e imprevisto,como el caer del agua de las nubes, mis lágrimas se funden con la tierra que me da de comer. Y de mi boca, como de dentro a fuera, se ofrece, sin yo quererlo, la palabra socorro. Entonces des-corso , pariéndolo, el gemido de la bestia que llevo dentro.
Aún la recuerdo. De chica, cuando iba a los cines de la calle Fuencarral, con mis hermanas o mis amigas, la recuerdo en las puertas de cualquiera de ellos.
Su figura era alta y delgada,como quijotesca, con la piel blanco anacarado,arrugada por los mil años que arrastraba. Sus piernas finas parecían sujetarla a la tierra aunque aquello fuera imposible. Las manos las tenía curtidas pero con restos de la finura y elegancia de aquellas que fueron un día las manos de una dama blanca y bella. Su cabello era de plata blanca, como de reina de las nieves, manteniendo un peinado hecho algunos años atrás, y su cabeza erguida.
Su rostro parecía ser un retrato pintado por un artista borracho de la cantidad de pintura de maquillar que llevaba. Sus labios borraban la tristeza en ellos marcados con un rojo carmín mal pintado por el pulso o por la falta de él. Y sus inmensos ojos color laguna, se aposentaban en un horizonte negro de rimel llorado por mucho tiempo. Caían hacia abajo como dos lágrimas. Dos lágrimas de amor muerto pero eterno.
Llevaba por zapatos dos tacones anchos con punta redonda de color oro de mercadillo y con un número de sobra, lo que hacía de su aspecto una imagen más patética aún si se podía. Las medias rotas de tanto estudiar carreras y la falda ancha del poco comer que la acompañaba.
Pero ahí estaba ella, todos los fines de semana. En las mismas puertas de los mismos cines con la misma imagen y las misma palabras:
"Vendo chistes de amor por 20 duros"¡¡¡
Los que por allí se criaron o crecieron o pasearon seguro que no la habrán olvidado. Va por ti, reina de los cines y del amor.
Entra,salta,corre,juega. Toca todo lo que quieras. Desordena, cotillea, curiosea y lo que te guste, guárdalo en un bolsillo.
Mancha mi piel con tus manos de barro.Píntame en la cara una sonrisa,bórrame las lágrimas.
Habla, grita,ríe y dime lo que piensas.
Pero no te atrevas nunca a robarme la inocencia ni la ilusión.
Villa Kunterbunt
"Y EL QUE QUIERA ECHARME,NO LO LOGRARÁ.... QUE VILLA KUNTERBUNT MI HOGAR SIEMPRE SERÁ...."
pippi
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Instinto de Inez (Carlos Fuentes)
Juana la Loca, cautiva de Torrecillas (Manuel Fernández Álvarez)